La conocida casa se encuentra situada en un lugar privilegiado de la Costa Tropical de Granada, sobre una colina que domina la hermosa vega de Motril, en el lugar denominado Minasierra, unas colinas llenas de una exuberante vegetación tropical: chirimoyos, aguacates, plataneras de las variedades motrileña y canaria, papayos, mangos y un sinfín de frondosos árboles de los trópicos.
UN POCO DE HISTORIA
Este conjunto está asentado sobre las ruinas de fortificaciones musulmanas, una muralla reforzada con poderosos torreones macizos rodea toda la finca. Canalizaciones de agua del mismo periodo surcan el lugar tanto en la superficie como bajo el suelo.
El espacio protegido por la muralla consta de dos magníficos jardines, uno fechado en el siglo XVIII y otro en el XIX. El dieciochesco, situado en la zona más baja, tiene una fuente similar a la de la Acequia del Generalife inspirada en algunas fuentes romanas, con respecto a la vegetación de este espacio debemos decir una gran variedad de plantas centenarias en parterres situados entre umbríos y acogedores paseos. El jardín del siglo XIX, de mayor tamaño, se sitúa sobre la cumbre de la colina, cosa que lo dota de unas inmejorables vistas; en él destacan los paseos de cipreses, las escalinatas decoradas con fuentes y pilares, los jardincillos de estilo francés y los románticos; lo corona un palacete también del XIX destinado a pabellón de caza y residencia para los amigos que ha sido convertido en un hotel con encanto donde se pueden pasar unos días en un ambiente de relajación y reposo.
Respecto a las construcciones, diré que la finca tuvo un espléndido palacete, situado en los jardines del siglo XVIII, arrasado en los tumultos relacionados con la Guerra Civil, pero, por suerte, no todo fue destrucción, pues se salvó el pabellón de caza, también destinado a los amigos de la familia, está situado en lo más alto de la colina que contiene los jardines del siglo XIX y por tanto con unas inmejorables vistas, hay quien afirma que en los días despejados puede verse los montes del Rif africanos. Para unir ambas construcciones se construyó una escalera monumental.
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Una de las bellas verjas de entrada al jardín. |
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Paseo de entrada a los jardines. |
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Al estar situado el complejo del siglo XIX sobre una colina, los jardines se organizan en terrazas con escalinatas y muros de contención. |
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La monumental escalinata que lleva al antiguo palacete del siglo XIX destinado a pabellón de caza y a los invitados, hoy hotel con encanto. A través de ella se puede acceder a diversos tipos de jardines. Los materiales utilizados en su construcción son piedra de calidad y mármoles travertinos, conjugado todo ello con ladrillos elaborados en la zona. |
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Una de las fuentes del complejo, construida con mármol travertino procedente de Vélez de Benaudalla. De tipología romántica, como algunos rincones de los jardines. |
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El pabellón de caza y alojamiento de los amigos de la familia, consiste en un edificio con líneas clásicas pero con elementos coloniales y más concretamente cubanos, distribuido en dos plantas principales y una inferior. Actualmente se destina a hotel y restaurante con encanto, los jardines que lo rodean a celebraciones, restaurante, cafetería... todo de una calidad y atención esmeradas. |
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El lugar está dotado de abundantes y bellas fuentes, no podría ser de otra forma en Granada, recordemos la cita poética "Granada, agua oculta que llora". |
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Restos arqueológicos jalonan el lugar. |
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Vista de la fachada sur del palacete preparada para una celebración. |
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Jardines de la fachada norte con una fuente de tipología más andaluza que granadina. |
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Setos del jardín francés, y entre ellos los asientos preparados para una de las ceremonias que se celebran en los jardines. |
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Zona del jardín con otra de las numerosas fuentes. |
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Abundan los paseos de cipreses, cosa que nos recuerda al Generalife de nuestra capital.
El ciprés es un árbol lleno de simbología, representa la hospitalidad, por ello lo sembraban en la antigüedad en casas donde se se acogía a los viajeros para que se divisasen desde la lejanía, y también es el árbol de la muerte y la resurrección. Y la hospitalidad de los granadinos, a pesar de nuestro carácter serio y por tanto formal, es bien conocida. |
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Motril y Granada, un paraíso en Europa. |
Maestro la casa de los bates es una de las maravillosos restaurantes que hay en la costa.
ResponderEliminares una pequeña joya bien escondida
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