Francisco Seco de Lucena Escalada (Ceuta, 1867 – Granada, 4 de octubre de 1904), también conocido como Paco Seco de Lucena, fue un escritor, periodista, abogado y político español. Se le considera el padre del regionalismo granadino, junto a Juan Echevarría y Ramón Maurell.
Fue amigo de un personaje que fue símbolo de la Granada romántica y soñadora: Ángel Ganivet García.
Como periodista publicó artículos sobre temas de la Historia de Granada, también escribió sobre política, arte, literatura, toros, espectáculos...
Como literato cultivó con gran maestría la poesía satírica
Gran orador, cosa que le ayudó como gran abogado y en sus brillantes discursos políticos.
Su prestigio en el campo jurídico fue grande. Debido a sus conocimientos y eficacia llegó a colaborar en la creación de la Academia Jurídico Literaria, llegando a ser a secretario de la misma. Sus intervenciones en los juicios tenían repercusión en la prensa madrileña y eran fuente de conocimientos para otros juristas.
Precursor del regionalismo granadino o de Andalucía Oriental
Como político defendió el Regionalismo. El 6 de enero de 1898 ofreció otra sonada conferencia en la Cámara de Comercio sobre El Regionalismo, en la que concluía que éste era el modo más acertado de dar solución a las necesidades locales, dado el acercamiento de la gestión política a los problemas.
Abogaba por una conciencia regionalista para la que él mismo llamaba Región Granadina (Andalucía Oriental) diciendo:
la idea regionalista bien entendida y aplicada, puede contribuir al engrandecimiento de las entidades territoriales que forman la patria, y por consiguiente al engrandecimiento de la patria misma, en Granada como en ningún otro país puede dar frutos de próspera bienandanza el despertar del espíritu regionalista; porque difícilmente podrá encontrarse un territorio que tenga los rasgos de su personalidad tan enérgicamente marcados, como este conjunto de las cuatro provincias que formaron el Reino de Granada en tiempo de los moros (...) El regionalismo no es político. Su forma práctica es la descentralización administrativa, compatible con todas las formas de gobierno.
Y añade:
el regionalismo puede considerarse bajo dos aspectos: como aspiración legítima de las regiones españolas a que les sea reconocida la personalidad que realmente tienen y han demostrado en el transcurso de la Historia, y como protesta contra la absorbente centralización que mata las iniciativas y liga los movimientos de los pueblos aniquilando de esta suerte las energías y la fuerza de la patria.
En su conferencia reflexionaba sobre la situación de Granada con estas palabras:
La verdadera causa de nuestra decadencia sólo debe ser atribuida a la falta de amor al país nativo y a las cosas de la tierra (...) La centralización ha matado las energías regionales (…) Los grandes males del centralismo son los Ministros, los diputados cuneros, que no encuentran en el mapa sus distritos y los caciques.
No hay comentarios:
Publicar un comentario