jueves, 27 de noviembre de 2014

EL PAISAJE CULTURAL: LAS ACEQUIAS DE SIERRA NEVADA

INTRODUCCIÓN

Un grupo de profesores granadinos, hemos realizado este interesante curso formativo para mejorar nuestras capacidades educativas, consta de una parte teórica, otra práctica y un trabajo individual para ser aplicado a la enseñanza en los diversos niveles educativos.


OBJETIVOS DEL CURSO

- Descubrir los aspectos relevantes del paisaje cultural de Sierra Nevada.
- Facilitar ejemplos de obras que combinan el trabajo del hombre y la naturaleza: paisaje cultural.
- Plantear propuestas de trabajo para desarrollar con el alumnado.
- Fomentar la protección de los Paisajes Culturales.
- Fomentar la valoración del alumnado por el patrimonio cultural como elemento inmerso en la naturaleza y en determinadas ocasiones protector de esta.
- Conocer un lugar de extraordinaria importancia paisajística, botánica e histórica y que por eso que se va a presentar como candidato para ser Patrimonio de la Humanidad.


TIPOS DE PAISAJES

El curso realizado, como he dicho, se centra en el estudio del paisaje cultural y su evolución a través de los tiempos. Pero primero hemos de saber los tipos de paisajes existentes:

  • Paisaje natural es aquel que no está modificado por el hombre. 
  • Paisaje cultural es aquel que comprende tanto elementos naturales como aportaciones o cambios derivados de las actividades humanas. Los paisajes culturales, según la UNESCO, se clasifican en cuatro grupos: arqueológicos, industriales, rurales y urbanos. 


DESCRIPCIÓN DEL PAISAJE NATURAL DE SIERRA NEVADA

Comenzaremos diciendo que Sierra Nevada tiene cinco pisos bioclimáticos a distintas alturas. Aquí los reproduzco comenzando desde los más bajos, con algunas de las plantas más características:

1- Por debajo de los 700 u 800 metros de altitud, únicamente en la cara sur del macizo encinas, matorrales de lentiscos, enebros, romeros, palmitos, buxus, aulagas y jaras.

2- Entre los 800 y los 1300 metros, son frecuentes el lentisco, el acebuche, el encinar, enebros, torvisco y madreselva.

3- Hasta los 1.900 metros aproximadamente se desarrollan bosquecillos de robles, y en menor medida, de quejigos y arces. También conservamos el único bosque de abedules del sur de España, que estuvo a punto de desaparecer debido a una canalización de una central hidroeléctrica y que maestros de la localidad granadina de Dúrcal han conseguido mantener gracias a sus cuidados. También crecen enebros, agracejos, majuelos (conocidos en algunos lugares como maoletos).

4- De los 1.900 metros a los 2.800 aparecen la mayoría de las especies que convierten a Sierra Nevada en un paraíso botánico, además de las sabinas, enebrales, piornales, pues abunda la flora endémica: genista versicolor, arenaria pungens, euphorbia nevadensis, potentilla nevadensis, senecio elodes, sideritis carbonellis, astragalus granatensis…

5- Desde los 2.800 metros, la vegetación se parece a la tundra ártica y presenta un elevadísimo número de endemismos, las condiciones de fuerte insolación, temperaturas extremas, fuertes vientos, la sequía estival y la nieve durante más de 8 meses al año impiden el desarrollo de especies leñosas. En estos lugares se desarrollan los borreguiles (nombre que reciben en Granada los pastizales de montaña).

Esta riqueza está preservada en buena parte por el trabajo humano desde hace milenios. Fueron los romanos quienes ya construyeron acequias que aún se conservan, como la de Mecina Bombarón, y son estas las que, en buena parte, mantienen este paraíso botánico. Luego los musulmanes mantuvieron este sistema de regadío ampliándolo. Como ejemplo, el senecio elodes solo se encuentra, de todo el mundo, en los pastos regados por dos de estas acequias granadinas, el único bosque de abedules del sur de España se encuentra en Granada...


LAS ACEQUIAS

Las viejas acequias, algunas romanas como ya he dicho, se dividen en dos categorías:

  • Acequias de careo, cuya utilidad es regar pastos se las lomas y faldas de nuestra sierra, son mantenidas por los pastores de vacas y ovejas. En una falda suele haber varias paralelas a varias alturas, si el año es normal se usa la más baja en el mes de abril o mayo con los primeros deshielos para regar los pastos más bajos ya libres de nieves. Conforme se retira la nieve y avanza el calor se van usando acequias más altas, hasta llegar a las superiores. Si el año es seco, es decir con escasas nieves, el proceso se inicia en marzo o incluso en febrero. Las acequias dejan de usarse con las primeras lluvias otoñales. De esta forma se encuentran praderas siempre verdes, que si están en torno a las lagunas de los circos glaciares se llaman borreguiles por servir de pasto a los borregos de los pastores. el agua pasa por los pastos alimentando acuiferos , fuentes y surgencias que llevan el agua a la acequia inferior, y de esta a otra más baja, hasta llegar al río; de esta forma mantienen el agua durante meses en la tierra manteniendo la flora y fauna naturales que, gracias a ellas se ha mantenido únicamente aquí desde antiguas épocas más lluviosas. 
  • Acequias de riego. Son de origen romano, como la de Mecina Bombarón, se extienden por cotas más bajas, habitadas por agricultores, forman una extensa y compleja red en torno a los pequeños pueblos regando a manta las paratas, de esta forma mantienen vivos bosques de castaños, robles… ellas hacen fluir las fuentes naturales como la fuente de San Antonio de Pampaneira y dan vida a toda una fauna animal que sin ellas desaparecería. Tierras con una agricultura de subsistencia excepto en algunos pueblos de la Alpujarra oriental como es el caso de Ohanes, en Almería, con sus uvas de embarque, que se exportaban a lejanos países produciendo grandes beneficios. 


LAS ACEQUIAS DE CAREO, ACEQUIA ALTA DE CAPILEIRA

Si no fuera por este sistema de acequias y las plantas que las acompañan, en breves días toda el agua de las lluvias se encontraría en el mar, fomentando rápidamente la desertización en los secos días del verano. Por ello la costumbre que se implantó hace pocos decenios, impulsada por las especulaciones agrícolas y urbanísticas, de canalizar, entubar y cementar acequias, ha resultado nefasta, secando bosques y fuentes. Afortunadamente se está imponiendo la cordura y se están sustituyendo los tubos puestos en el parque nacional por las acequias tradicionales, volviendo a regenerarse los pastizales y algunos bosques que se llevaron por delante. Uno de los bosques más valiosos que ha sufrido el problema es el abedular de Dúrcal, salvado en parte por los maestros de los pueblos cercanos, que han replantado numerosos abedules y que han trabajado por su permanencia.


El inicio de la excursión.
Nos explican que la hondonada es una gran alberca, hoy seca,
destinada a almacenar agua para los tiempos de escasez.
Estas viejísimas acequias tienen un origen romano, pueblo de grandes ingenieros de quienes aprendieron los musulmanes ; precisamente aún se conservan algunas acequias romanas como la de Mecina Bombarón, pueblo que también conserva un puente de la misma época.


Detrás, más abajo quedan los últimos bosques.
Al fondo la sierra de Lújar, y detrás la costa Tropical de Granada.


Abajo van quedando los bosques, pues ya no soportarían estas alturas. A partir de ahora sólo encontramos praderas y piornales junto a algún solitario y sufrido arbusto,


Piornos

El cauce de la acequia, en los lugares en que hay una mínima pendiente, se llena de piedras, que no están colocadas ahí por casualidad, las pusieron los pastores hace siglos para evitar la erosión. 


Las acequias en otoño están secas, pues las primeras lluvias ya las hacen innecesarias para regar los pastos, aunque por tramos que siguen llevando algún resto de agua, tal vez del invierno pasado, agua que se ha conservado en estos parajes gracias al milenario sistema de canalizaciones.


Derramadero protegido por piedras para evitar la erosión. Por él se desborda el agua que lleva la acequia en los periodos secos.


Derramaderos que mantienen siempre verdes las praderas donde pacen los rebaños y que en las cumbres de Sierra Nevada, en torno a las lagunas, son auténticos prados de fino césped conocidos como borreguiles o pastizales nevadenses por ser el lugar donde suelen pastar los borregos.


Por el camino, en una de esas praderas siempre verdes, encontramos un rebaño de ovejas y cabras...


... con el perro pastor vigilante.


Ante nosotros se eleva majestuosa la mole del Mulhacén con sus 3.478,6 metros de altura, ese monte de leyenda donde fue enterrado el penúltimo rey de Reino de Granada musulmán, Muley Hacén.
¿Quién va a imaginar la espectacular cara norte con sus agrestes precipicios si en la cara sur vemos estas suaves pendientes?


Continuamos nuestro camino con las cumbres de Sierra Nevada cada vez más cerca. A la izquierda el pico Veleta de 3.395,68 metros de altitud, pico granadino con hielo fósil de más de 13.000 años (permafrost).


Muros de piedra sin argamasa, parecidos a los existentes en Teruel, protegen los laterales de la acequia en los lugares más complicados.


A pesar de ser otoño, siempre aparecen algunas de las bellas flores propias esta sierra de Andalucía Oriental, es el azafrán de Sierra Nevada, una de las joyas botánicas de estas alturas


Puente elaborado con la técnica tradicional granadina de la colocación de grandes lajas de pizarra que se sustentan unas a otras. Los pastores construían estos puentes para que el ganado no pisase las acequias deteriorándolas, tiempos aquellos de respeto al trabajo y la naturaleza...


...hoy, en cambio, incluso algunos de los que se dicen amantes de la naturaleza incumplen esas normas de respeto al patrimonio, la prueba de ello son los excrementos del caballerías que se encuentran en el interior de la acequia. Seamos más respetuosos.


Uno de los de los derramaderos, empedrado para evitar la erosión del agua.


Acequia Baja de Capileira vista desde la Alta, ambas acequias de careo.


El camino se hace más agreste, pero no menos bello.
El cauce protegido por lajas de pizarra a nuestra izquierda y un murete del mismo material a la derecha.


Una de las paradas, en la que nos explican el paisaje, enseñanzas que nosotros debemos retener para transmitir al alumnado.



El borde de la acequia se protege con lajas de pizarra para evitar que el agua lo destruya.


Surgencia de aguas ferruginosas, indica la existencia de yacimientos de hierro en nuestra Sierra.

Al fondo, sobre la loma hacia nuestra derecha, sube el tubo del canal de la central hidroeléctrica de la Cebadilla, con el nombre de central de Poqueira (nombre romano transformado por los musulmanes que se le da al río) construida en 1957.

Aquí llegamos al final del itinerario, la vuelta se realizó por el mismo lugar. Nos aconsejaron que para traer a los alumnos la mejor fecha es principios de otoño, por estar sin agua la acequia.

3 comentarios:

  1. hola maestro soy alexia estoy aqui bien :)

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  2. Soy el delegado de tu antigua clase, todos de deseamos mucha felicidad y amigos. Alexia te echamos de menos.

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  3. Hola Alexia, es cierto todos te echamos de menos y te deseamos que lo pases muy bien en el nuevo lugar en que vives.

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